La historia del tren de los 40 días construido por represaliados por la República que la Comunidad de Madrid quiere investigar
La historia del tren de los 40 días es efímera. El Gobierno de la República lo construyó durante el conflicto para sortear el aislamiento de un Madrid asediado por las fuerzas franquistas y fue desmantelado por la dictadura al terminar la guerra.
Ahora, el Gobierno de la Comunidad de Madrid quiere localizar a los trabajadores forzados, presos represaliados por la República, que fueron empleados en la construcción del tren, al mismo tiempo que bloquea la exhumación de los trabajadores forzados del otro bando.
La Secretaria de Estado de Memoria Democrática ha aceptado sufragar el proyecto financiado con 63.747,30 euros divididos en dos partes: 30.790 euros servirán para localizar los cuerpos de estos trabajadores forzados y el resto se invertirá en “dignificar los lugares de enterramiento”, lo que incluye un plan de señalización y divulgación de esta historia, según indican fuentes de la Comunidad de Madrid.
El presupuesto del proyecto madrileño forma parte de los tres millones de euros que el Gobierno ha repartido entre las comunidades autónomas para actividades relacionadas con la ley de Memoria Democrática. “La prioridad es responder a las peticiones de las familias y las asociaciones en lo relativo a la búsqueda, localización e identificación de personas desaparecidas”, explican desde el Ejecutivo.
Los historiadores consultados alertan del posible uso partidista que hace el Gobierno de la Comunidad de Madrid de esta ley. Por un lado, el uso de presos políticos encarcelados por el bando republicano como trabajadores forzados así como los campos de trabajo fueron mucho menos numerosos que sus homólogos franquistas. En palabras del historiador Paul Preston en su libro El holocausto español: “Las investigaciones exhaustivas llevadas a cabo permiten afirmar que, en términos generales, la represión de los rebeldes fue aproximadamente tres veces superior a la de la zona republicana”.
Por otro, el mismo gobierno del PP está paralizando otras exhumaciones como la del Valle de los Caídos, concebido como el monumento nacional a los caídos franquistas por la dictadura y levantado con mano de obra de presos políticos republicanos. “El caso de este ferrocarril no tiene que ver con la Memoria Histórica, que va por otro lado: restablecer la verdad del pasado español durante el franquismo”, subraya Ángel Bahamonde, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Carlos III de Madrid.
Durante la Guerra Civil ambos bandos utilizaron prisioneros para construir infraestructuras
“La historia no es una mera reconstrucción de lo sucedido, primero porque lo sucedido es plural y es inabarcable (de modo que siempre implica una selección) y segundo porque se entreteje con los contextos del presente”, indica Jorge Rolland, investigador independiente que ha trabajado como arqueólogo en el proyecto del penal franquista de Bustarviejo, en Madrid.
De esta manera defiende Rolland la idea de que este proyecto de la Comunidad de Madrid es una “burda maniobra”, ya que los campos de trabajo y el uso de mano de obra forzosa por parte del bando republicano fue menor que en el bando nacional.
En cualquier caso, para la construcción del tren de los 40 días, el Gobierno de la República empleó a presos políticos y a prisioneros de guerra como mano de obra.
“Y obreros civiles voluntarios”, añade Bahamonde. El catedrático lo sabe bien porque su abuelo fue uno de ellos. “Esta es una historia de familia: Mi abuelo, republicano al que no dejaron ir al frente porque ya era demasiado mayor, decidió presentarse voluntario (y así ganar algún jornal) para las obras de este ferrocarril”, explica a Newtral.es.
“No hay ninguna duda de que se empleó mano de obra de prisioneros de guerra, aunque el número es difícil de establecer”, continúa el catedrático. “Se trata de una guerra, utilizar prisioneros de guerra para realizar trabajos de obra pública es una manera de proceder habitual en cualquier conflicto bélico, en la Guerra Civil ambos ejércitos lo hicieron”, añade.
En la construcción del tren de los 40 días se empleó mano de obra forzada
Uno de los mayores expertos y estudiosos de este tren, José María Olivera, precisa que el Gobierno republicano tuvo que recurrir a tres tipos de trabajadores forzosos para acometer la obra. “Presos políticos, prisioneros de guerra y desafectos a la República, como sacerdotes, guardias de asalto o falangistas”, concreta el investigador de la Guerra Civil y autor del libro El tren de los 40 días.
Precisamente, el proyecto que ha aprobado la Secretaría de Estado se centra en los presos políticos. La Comunidad de Madrid tiene constancia de que fueron encarcelados en dos campos de trabajo. Uno en Pozuelo del Rey, municipio a 40 kilómetros de Madrid, y el otro en Ambite, localidad contigua a la provincia de Guadalajara.
En el de Pozuelo, abierto en febrero de 1938, fueron encarcelados por el Gobierno Republicano 380 personas provenientes de la zona levantina, según el recuento de la Comunidad de Madrid. Cuando este se cerró un mes después, los presos políticos fueron trasladados al campo de Ambite al que se unieron un “reducido número de otros presos sin control judicial y escasa trazabilidad”.
El tren de los 40 días se construyó para abastecer un Madrid sitiado por las fuerzas franquistas
Como explican a Newtral.es fuentes de la Comunidad de Madrid y corroboran los expertos consultados, el ferrocarril estratégico Torrejón-Tarancón, conocido popularmente como tren de los 40 días, fue un enlace ferroviario construido por la República durante la Guerra Civil para evitar el aislamiento que sufrió la zona centro peninsular tras el intento de toma de la capital por parte del Ejército franquista durante el otoño de 1936 y el invierno de 1937.
Poco se sabe de la historia de este ferrocarril, que ha pasado desapercibida y oculta durante más de 80 años. “Se construyó en plena Guerra Civil, su uso fue militar y estuvo en activo muy poco tiempo porque se desmanteló al año de acabar la contienda”, argumenta Olivera.
Este tramo, junto a otro enlace ferroviario que unía los municipios de la provincia de Toledo Villacañas y Santa Cruz de la Zarza, formaba la conocida como vía Negrín, en memoria del presidente republicano que la impulsó, Juan Negrín. Actualmente, 14 kilómetros de su antiguo recorrido ha sido asfaltado y reconvertido en una vía verde.
Su construcción permitió conectar Madrid con la zona levantina. El proyecto se encargó al Ministerio de Obras Públicas, que construyó un trazado de 91,3 kilómetros que partía de la estación de Torrejón de Ardoz (Comunidad de Madrid) para terminar en Tarancón (Cuenca). El objetivo era sortear el asedio de Madrid y unir las líneas ferroviarias Madrid-Zaragoza y Madrid-Alicante con este enlace.
Aunque se conoce como tren de los 40 días, su obra se alargó 11 meses. “Se empezó a construir la última semana de abril de 1937 y se inauguraron los primeros tramos en marzo de 1938, aunque hasta julio de aquel año no estuvo activo por completo”, explica Olivera. “Fue una obra de ingeniería civil de gran importancia, teniendo en cuenta las dificultades por el conflicto, la falta de materiales y de mano de obra”, añade el investigador.
El uso político y partidista de la nueva ley de Memoria Democrática
El objetivo del proyecto es, concretamente, “buscar y localizar a las víctimas” a través de evidencias orales y documentales, y “dignificar los lugares de enterramiento irregulares” e incluirlos en el mapa de fosas del Gobierno. Además, pretenden elaborar “un plan de señalización y divulgación de esta infraestructura ferroviaria que potencie su historia”.
Esta intención del Gobierno del PP en la Comunidad de Madrid para “atender al principio de verdad, justicia y reparación” choca con otras decisiones del partido. Un ejemplo es el caso del Ayuntamiento de San Lorenzo del Escorial (gobernado por el PP), que ha rechazado conceder la licencia de obra para empezar los trabajos de exhumación del Valle de los Caídos, según informa Europa Press. Esto, a pesar de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid levantó las medidas cautelares que impedían seguir con estos trabajos.
“La guerra y la posguerra no se pueden igualar. No se puede igualar el Valle de los Caídos con la construcción del tren de los 40 días porque en 1939 no llegó la paz, llegó solo la victoria”, señala Bahamonde.
Fuentes
Comunidad de Madrid
Ángel Bahamonde, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Carlos III de Madrid
Jorge Rolland, investigador independiente sobre historia, arqueología, educación y enseñanza de la historia
José María Olivera, investigador y autor del libro El tren de los 40 días